Felicidades Gallardón, ¡estoy con usted!

Hechos importantes tienen que pasar para que la Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada vea la luz. La ley ha cumplido sus días de gestación y el parto es inminente. El partido político que concibió esta ley se está tirando atrás, dejando a su impulsor, Sr. Gallardón, solo ante la retirada y su posible dimisión del cargo que ocupa. Los ideólogos saben que el voto en contra del aborto no va a influir en el resultado electoral, que hay pocas personas que conozcan y se preocupen por la realidad del aborto, y que por tanto la retirada de esta ley, piensan, no les alejará del poder. Dicho sea de paso, llevamos tanto tiempo diciendo mentiras sobre los niños no nacidos que la libertad de la madre se ha convertido en la verdad por consenso, en contra de la evidencia: niños pequeñísimos destrozados y en la basura.

El PP tiene miedo y todos sus varones tiemblan ante los gritos infundados de cuatro feministas agriadas. Esta ley fue una promesa electoral para captar votos católicos y todo puede quedarse en puro engaño. El programa electoral del PP dice en el punto 51: “La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores”.
El sistema actual es aborto libre hasta las 14 semanas.

Apoyaron sensatamente el proyecto de Gallardón en su día, el Consejo Fiscal, el Comité de Bioética de España y el CGPJ. Hubo votos en contra, pero cada vez se hace más patente la verdad que la vida humana empieza en la fecundación, y es un bien para todos respetar esta realidad.

Propongo, si el proyecto de ley es desestimado, que se proyecte un vídeo de un aborto quirúrgico y el cuerpo despedazado del niño se muestre en el Parlamento Español. Quizás así dejemos de lado la ideología para pasar al respeto.