Aborto, un debate no superado

Desde que se despenalizó el aborto bajo tres supuestos en 1985 son ya 1.234.682 abortos legales declarados hasta 2007. El aforo del Camp Nou del Futbol Club Barcelona es de 98.772 personas, esto significa que hemos eliminado en estos 22 años 12,5 estadios llenos de personas con el amparo de una ley que penalizaba el aborto. Los más mayores de los que ocuparían estos 12,5 estadios tendrían ahora 23 años, una verdadera multitud de niños y jóvenes. Si escuchan atentamente oirán su silencio apagado porque pudieron ser y no los dejamos existir. ¿Qué pasará ahora con el aborto libre en las primeras 14 semanas que quiere imponer el Gobierno?...



El debate del aborto está de nuevo sobre la mesa gracias a la valentía de e-cristians que desenmascaró la actividad abortista. No es un debate abierto y transparente, es un debate duro y con una fuerte carga ideológica detrás. Los gobiernos españoles de los últimos 24 años, no sólo no han querido ejercer el control sobre los supuestos de despenalización del aborto, sino que abrieron la puerta para que desde la actividad privada ─el 97,49 % de abortos fueron en clínicas privadas en 2006─ se creara un negocio paralelo a la sanidad pública totalmente fuera de control, tomándose los abortistas la justicia por su mano. Existe una ley que no han querido cumplir ni gobernantes, ni abortistas. La denuncia de e-cristians ha provocado un nuevo pacto de muerte entre estos dos sectores para imponer una nueva ley de plazos para abortar.

Señora Aído, el aborto no lo hará lícito ninguna ley en el mundo, ni ninguna asociación respaldada por las potentes y poderosas siglas como las de la ONU. ¿Cómo va a controlar la legalidad de los abortos si en su mesa de negociación están sentados los mismos que escandalizaron a toda Europa por sus formas de matar y triturar y que ahora reclaman 24 semanas como límite? Le rogaría que no confunda igualdad con ingenuidad y que pensara en la “seguridad jurídica” de los no nacidos, que como ministra y con poder para hacerlo, quedan bajo su defensa. Ponerse de parte del débil es mucho más democrático. Es fácil entender lo que le propongo si se detiene a contemplar la realidad tal como nos viene dada y pone los límites que la misma vida humana exige. La gradualidad de la protección del feto por semanas es del todo ilógica. No necesitamos una nueva ley, ni más pastillas, ni preservativos, necesitamos una nueva forma de entender la sexualidad humana y la responsabilidad ante una vida no nacida que debe ser defendida desde los estamentos creados para ello, los Gobiernos. Éste es el verdadero progreso y la esperada “alianza” de civilización humana. La Alianza de Civilizaciones promovida por Zapatero pasa primero por la alianza de respeto a los hijos en el seno de las familias y de la sociedad, ya que si ésta se da, se podrá dar la otra, no al contrario.

Con todo lo que está pasando estamos aprendiendo a defender nuestras ideas y la vida. No somos violentos y no queremos violencia para nadie y menos para los niños en el útero materno. La vida es defendida ahora por gente de derechas y de izquierdas, hecho que tiene más relación con los derechos humanos que con las ideologías dominantes. Las nuevas campañas versan sobre los falsos “derechos reproductivos” y la “seguridad jurídica” para abortistas y mujeres. El portavoz del PSOE recurrió al mensaje de que nadie debe ir a la cárcel por abortar, cuando en 23 años solamente 11 mujeres han sido imputadas por aborto ilegal. Nadie pide la cárcel para nadie. Se exige el derecho-deber de las familias para educar a sus hijos en el respeto sexual, se pide respeto a los no nacidos y ayudas para que muy pronto podamos cambiar el chip ofertado de hijo deseado por hijos siempre queridos.

Isabel Viladomiu Olivé
Master en Bioética y Derecho
Asociación Catalana de Estudios Bioéticos